No
creo ser capaz, por mucho que lo intente, de poder transmitiros la maldita
maravilla que es esta película. Pero puede que si clicais en este enlace mientras
me leéis
(https://www.youtube.com/watch?v=1r-XxC0mba8), esté un poquito más cerca de conseguirlo.
(https://www.youtube.com/watch?v=1r-XxC0mba8), esté un poquito más cerca de conseguirlo.
(En serio,
dadle al enlace antes de seguir leyendo)
Antes
de empezar, el DATO que hay que saber sobre esta película es que han tardado en
rodarla 12 años. Y no, no hubo ningún problema en el rodaje, sino que el bonico
de Linklater tuvo la maravillosa idea de contarnos la adolescencia de un chico,
pero para ello, iba a grabar sólo unos pocos días cada año. Todo para esperar a que
el chico creciera con la película, con la historia y con nosotros.
He
de reconocer que había cierto recelo en mi cuando me acercaba a la sala. “Si la
ha rodado a lo largo de 12 años, te pongas como te pongas, la peli va a ser
inconexa, es imposible que la historia no se resienta. Va a haber elipsis muy
raras, seguro.”
Y
tenía razón, la película es inconexa, tiene algunas elipsis raras. Pero no
tenía razón, la historia es PERFECTA. Es el golpe más sincero, directo y
honesto a la nostalgia jamás filmado. En serio, si aún os funciona esa cosa que
late dentro de vuestro pecho id a verla ahora mismo. Parad de leerme, cerrad el
ordenador e id a una maldita sala de cine. No os arrepentiréis. Y si os
arrepentís no volváis nunca por aquí, no íbamos a llevarnos bien.
Hay
un momento en que alguien dice lo siguiente:
“You know how everyone’s always saying
seize the moment?” she asks. “I don’t know, I’m kind of thinking it’s the other
way around, you know, like the moment seizes us.”
"¿Sabes eso que siempre
dice todo el mundo de atrapar el momento? No sé, lo he pensando un poco y creo
que es al revés, ya sabes, es el momento el que nos atrapa a nosotros".
Y
ni más ni menos eso es lo que hace la película. Te atrapa y no te suelta. Y
creedme, cuando la película dura 164 minutos y la trama se “limita” a contarnos
anécdotas de la muy normal vida de un chico cualquiera, eso es un gran, gran,
gran (y van tres gran) mérito.
Porque
no quiero engañar a nadie. Alguien sin alma podría describir la película como
poco más que un mero anecdotario. No esperéis grandes giros, grandes
conflictos, grandes nadas. Linklater ha usado su magia lo mejor que sabe y ha
filmado la vida. Simplemente la vida. TAN SÓLO la vida.
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